¿Cómo evitar los
desgarros durante el parto?
Los desgarros se clasifican en 4 grados
Los desgarros vaginales o desgarros perineales, durante el trabajo de parto se producen cuando la cabeza del bebé que sale por la abertura vaginal es demasiado grande para lo que se puede estirar la vagina o es de un tamaño normal, pero la vagina no se estira con facilidad.
En función de su profundidad y del tipo de tejido al que afectan, se clasifican en 4 grados:
- Desgarro grado I: que afecta a la piel del periné y/o mucosa vaginal.
- Desgarro grado II: se extiende hasta la musculatura que se encuentra debajo de la mucosa vaginal.
- Desgarro grado III y IV: que afectan a la musculatura del esfínter anal y son graves.
Qué hacer para evitar desgarros durante el parto
Los desgarros se producen por la parte más débil del tejido del periné, de ahí que su recuperación sea mejor y sus consecuencias menores, porque es un tejido entrenado para esa distensión y esa rotura en caso de que se produzca.
No hay garantía de que puedas evitar el desgarro vaginal durante el trabajo de parto, pero algunas investigaciones señalan que tomar estas medidas podría disminuir el riesgo de desgarros graves:
- Es recomendable hacer un masaje perineal en casa desde la semana 35 aproximadamente, hasta antes del comienzo del trabajo de parto. Puedes hacerlo con la ayuda de tu pareja, o incluso tú sola.
- Durante la etapa de expulsivo (o nacimiento del bebé), trata de empujar de modo suave y lento para permitir que el tejido se estire y deje pasar al bebé.
- Ponerte un paño tibio en el periné durante la segunda etapa del trabajo de parto podría ayudarte.
- Durante el parto, colocarte en una posición vertical o postura libre. Las posturas verticales ayudan a reducir el riesgo de un desgarro vaginal durante el trabajo de parto. La mejor postura para disminuir los desgarros es en cuadrupedia.
- Realiza pujos espontáneos.
Parece que, como conclusión, deberíamos elegir siempre un desgarro antes que una episiotomía, pero si pensáramos así, haríamos un flaco favor a las mujeres.
Los desgarros, al igual que las episiotomías, implican riesgos y molestias para las mujeres.
La política asistencial no debe de ser «cambiar episiotomías por desgarros». Deberíamos desarrollar toda una gama de recursos eficaces para evitar los desgarros.
Hay que recuperar prácticas para proteger el periné, analizarlas y quedarnos con aquéllas que aportan un verdadero beneficio a la mujer y al bebé, al tiempo que se desarrollan nuevas estrategias.
Se deberían evitar los traumatismos perineales durante el primer parto, pues favorecen la aparición de un desgarro en futuros partos.
Qué es la episiotomía
La episiotomía es una incisión, de extensión y dirección variables, sobre vagina y periné, realizada de manera controlada por parte del ginecólogo o de la matrona en determinadas situaciones durante el parto. El objetivo de esta incisión será el aumento de espacio útil durante el expulsivo fetal. Suele afectar la piel, mucosa y músculos.
Existen 3 tipos:
- Lateral: Se extiende de manera perpendicular a la línea media vaginal.
- Central o medial: Se extiende de manera vertical desde el introito vaginal hacia el ano (en la línea media).
- Mediolateral: Se extiende desde el introito vaginal hacia cualquiera de los lados, normalmente la derecha. Forma un ángulo de unos 45 grados con la línea media.
A la hora de investigar sobre estos posibles beneficios de los diferentes tipos de episiotomías, nos encontramos con algunas revisiones, como la de Woolley 9, quien realiza un análisis en profundidad de todos los trabajos existentes al respecto entre los años 1980 y 1994. Referente a la prevención de los desgarros de 3º y 4º grado, este investigador encontró que la episiotomía incrementa el riesgo de daño al esfínter anal, relacionado con la episiotomía central, no encontrando una relación con la episiotomía lateral, aunque sí en la profundidad de la episiotomía con respecto a un desgarro.
Desventajas de la episiotomía
Resumiendo, para Woolley la realización de una episiotomía no ha demostrado tener ventajas respecto del desgarro espontáneo, y su uso indiscriminado incrementa el daño perineal y, la morbilidad de la mujer.
Aunque la episiotomía reduce el riesgo de los desgarros anteriores, lo hace aumentando la morbilidad debido al daño posterior que origina. No hay evidencia de que la episiotomía reduzca la incontinencia urinaria posparto ni a corto ni a largo plazo, y tampoco presenta ninguna protección hacia el suelo pélvico.
Tampoco encontró evidencia que apoyase la afirmación de que la episiotomía protege a los/as niños/as de bajo peso contra la hemorragia intracraneal o la anoxia fetal. Tampoco halló una clara evidencia en la reducción del segundo período del parto, y menos aún dio con alguna investigación que apoyara la utilidad de la episiotomía en el sufrimiento fetal o en la distocia de hombros.
Observó que se produce un aumento sustancial de pérdida de sangre con la episiotomía y que la morbilidad a largo plazo del daño del esfínter anal provocado por una episiotomía, es superior al causado por un desgarro espontáneo. Está claro que el grado de riesgo que acompaña la realización de una episiotomía es mayor que sus beneficios, y no se justifica su acción.
La episiotomía no tiene base científica
La episiotomía es una de las intervenciones médicas introducidas en la asistencia sin una base científica que la respalde. Para muchas mujeres una episiotomía significa una mutilación, algo innecesario que se le practica sin su consentimiento y que le genera una serie de riesgos y complicaciones que afectan de forma importante el desarrollo de su vida.
Hay temor a que la mujer recupere el poder en el parto. La episiotomía es la guinda que se coloca en este proceso actual de sumisión, se corta algo más que un periné, se corta la capacidad para decidir sobre los cuidados del propio parto, se corta la capacidad de poder de la mujer en un sentido amplio. En el momento de mayor vulnerabilidad de la mujer, cuando tiene expuestos sus órganos genitales y se siente más indefensa (gracias a la cascada de intervenciones que ha sufrido hasta ese momento).
Episiotomía vs. Desgarro
En cuanto a la comparación entre episiotomía y desgarro, reseñar los siguientes aspectos:
- La episiotomía causa más dolor que un desgarro en el momento del parto.
- En los días siguientes, la episiotomía es más dolorosa que un desgarro.
- La episiotomía no es menos dolorosa a lo largo del tiempo (3 semanas o más).
- Con los desgarros, el inicio de las relaciones sexuales se produce antes que con una episiotomía.
- La episiotomia tiene una mayor afectación mayor de la musculatura del suelo pélvico (ya que el corte no se produce por las líneas naturales del tejido como el desgarro)
- La episiotomía lateral está asociada con más problemas de salud a corto y largo plazo que los desgarros.
- La episiotomía no es más fácil de reparar que un desgarro, además de necesitar más material en su sutura.
- No se encontró relación con la dispaurenia.
Menos desgarros y episiotomías en un parto en casa
Veamos algunos interesantes trabajos aparecidos en los últimos años.
Aikins Murphy P, Feinland JB14, analizaron 1068 partos en casa; encontraron que el 69,6% de las mujeres mantuvieron su periné intacto, al 1,4% se le realizó una episiotomía, el 28,9% sufrió un desgarro de 1º ó 2º grado y el 0,7%, desgarros de 3º ó 4º grado. A la vista de estos resultados podemos pensar que es posible conseguir un alto grado de perinés intactos con tasas de episiotomías muy bajas para mujeres seleccionadas, como es el caso de aquellas mujeres que pueden optar por un parto en casa. (Yo personalmente tengo un porcentaje de episiotomías 0 %, en los partos en casa que he atendido hasta ahora. Periné integro un 57%, desgarro de 1º grado 16%, desgarro de 2º grado 28%).
Conclusión
A partir de estos datos resulta difícil encontrar indicaciones para realizar una episiotomía, por lo que se debería considerar su utilización para casos en los que realmente resultara absolutamente necesaria; un dato curioso y en el que todos/as nos deberíamos fijar: la tasa total de episiotomías en Suecia está establecida en torno al 5%. Por ello, resulta necesario tomar esta línea de investigación para esclarecer y establecer cuales serían las indicaciones específicas y exactas para realizar una episiotomía, si es que científicamente existen.
No hacer nada y esperar requiere disciplina y seguridad, algo difícil. Lo más difícil, de cualquier forma, es enseñar a esperar. ¿Perderíamos algo al abandonar la práctica rutinaria de las episiotomías? Posiblemente el factor más importante para reducir al máximo el traumatismo perineal sea la PACIENCIA. En general a los/as profesionales nos falta aprender a esperar, aprender a esconder las manos y a respetar el ritmo de la naturaleza de cada mujer.
Animo a que veamos a cada mujer en trabajo de parto distinta de todas las demás y a que aprendamos a escucharla y ser pacientes.
Si quieres más información puedes contactar conmigo y lo comentamos.
Un abrazo,
MARINA
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